
- Agosto 16, 2023
- Chile Dual
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Un Grito de Ayuda
Quizás no sabes que existen más de 930 liceos que forman a más de 160.000 jóvenes en las labores técnicas que son requeridas por la mayoría de las empresas que mueven nuestro país, y que no siempre apuntan a la formación universitaria. ¿por qué está tan invisibilizada esta educación?
Este año, en Chile se conmemoran 81 años de la Enseñanza Media Técnico Profesional (EMTP). Quizás no sabes que existen más de 930 liceos que forman en sus aulas, laboratorios y talleres a más de 160.000 jóvenes de tercero y cuarto medio en las labores técnicas que son requeridas por la mayoría de las organizaciones y empresas que mueven nuestro país, tal como quedó de manifiesto durante la reciente pandemia con técnicos en salud, en mantenimiento de equipos, en sistemas de conectividad, etc.
¿Por qué, sin embargo, pareciera que esta educación no fuera importante? ¿Por qué, si es una educación que tiene tanto valor y un amplio campo de desempeño? ¿Y por qué cada cierto tiempo leemos artículos que sugieren terminar con la educación técnica en la enseñanza media y concentrarse solo en el nivel superior (CFT, IPES, etc.), desconociendo que en el Chile real hay miles de adolescentes que no irán a estos centros de estudios superiores ni universidades, ya que están obligados a ingresar de manera temprana al mercado laboral? Este aparente olvido no es casual: cuando se inició el histórico proceso de educación gratuita y de calidad estaban en primera fila las universidades para reclutar a esos jóvenes que venían con la marraqueta bajo el brazo, pero no estaban los centros de formación técnica; la gratuidad para ellos vino después.
Y ahora mismo, cuando el foco del MINEDUC ha estado en el plan de Reactivación Educativa, que con toda lógica y sentido apunta primero a los niños y la lectura, a los estudiantes que faltan recurrentemente a clases o que abandonan para siempre las aulas, tampoco hay nada específico para esos adolescentes que se distribuyen en los 930 liceos y las 35 especialidades que les ofrece el curriculumn nacional. Tampoco hay notas importantes en la prensa, que suele dedicar abundantes reflexiones sobre los siempre bajos resultados del SIMCE pero que casi nunca habla de la educación técnica y del sector productivo, su natural complemento.
Desde que se instaló durante la segunda mitad de los 80 y comienzo de los 90 el discurso de la Universidad como La Trayectoria para alcanzar algún grado de éxito, se ha dejado de lado cada vez más esta fundamental alternativa de formación, que ha resultado tan beneficiosa para otros países, como Alemania, Suiza, o México, por nombrar algunos. En nuestro país tenemos excelentes resultados que podemos verificar en liceos técnicos donde se llevan a cabo estrategias que alternan aprendizaje en las aulas y talleres con prácticas tempranas en el sector productivo y de servicios, a través de lo que hoy se denomina alternancia, y que fundamentalmente se traduce en visitas a empresas, pasantías, formación dual, actualización de docentes, consejos asesores empresariales, etc. Esta apertura de oportunidades tempranas pone en tela de juicio la noción cetrina de “si los jóvenes ingresan al mundo del trabajo se estancan”. No existe nada más deseable para estos 160 mil jóvenes que la opción de conocer tempranamente gran parte del creciente abanico que puede desplegarse frente a ellos al combinar teoría y práctica. No todos aprendemos igual, y muchas personas necesitan conocer las experiencias de primera mano; después de todo, al menos en la formación técnica, la calidad de la educación está asegurada cuando se “aprende haciendo” y se viven los valores y habilidades para la vida en entornos reales.
Para muchos docentes y estudiantes de estos liceos hay una carencia sistémica en torno a la EMTP, principalmente una falta de atención, un “dejar de lado” que se palpa incluso desde la inexistencia de políticas públicas que faciliten la vinculación entre la educación TP y el mundo del trabajo.
En este mes en que celebramos la educación técnica, queremos amplificar ese grito de ayuda que viene desde los liceos técnicos y que todavía puede revertirse para que sea un gran aporte al desarrollo del país como lo es en aquellos con altos índices de productividad.