
- Mayo 22, 2018
- Chile Dual
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“¿Quién puede dudar de la legitimidad de un reclamo que abarca desde el abuso sexual hasta las diferencias salariales?”
En gran medida, la agenda política de los últimos gobiernos la han determinado los movimientos sociales mucho más que los departamentos de planificación. El fin al lucro, por ejemplo, y la demanda de educación gratuita y de calidad empujaron una serie de políticas públicas en el área de la educación que aún se encuentran en proceso de implementación y cuyos resultados no conoceremos hasta dentro de un tiempo. ¿Qué pasará ahora con la nueva oleada de reclamos que viene desde la calle, protagonizada por mujeres y en sintonía con un movimiento que envuelve a todo el globo? Hay quienes ya comparan este movimiento con aquel que buscaba conseguir el voto femenino. ¿Irá a tener resultados tan trascendentes? Por lo pronto, nadie se atreve a descalificarlo; quienes han intentado minimizarlo o caricaturizarlo han recibido una buena tunda mediática por desubicados. ¿Quién puede cuestionar la legitimidad de un reclamo que abarca desde el abuso sexual hasta las diferencias salariales, pasando por la falta de oportunidades, el femicidio y tantos otros abusos del machismo imperante en nuestras culturas?
En Chile Dual trabajamos vinculando liceos técnicos con empresas para llevar a cabo la formación dual. Son miles las mujeres que estudian una especialidad técnica de mando medio y no son pocas las que se atreven a incursionar en especialidades de áreas como la mecánica, la minería o la construcción, por citar algunas pocas que han sido tradicionalmente masculinas. Las estudiantes, de entre 15 y 18 años, deben tener una gran valentía para llevar a cabo sus aprendizajes prácticos en ambientes predominantemente masculinos, donde existe una cultura machista expresada en el lenguaje, los gestos, las cuotas de poder. En la formación dual, muchas de estas jóvenes van a empresas pequeñas o medianas donde los maestros guías no han sido capacitados y los espacios no están preparados sino para ser habitados por hombres. No hay vestidores de mujeres ni baños para distintos sexos. Hay que adaptarse, nos dicen, pero esa adaptación casi siempre corre por cuenta de las jóvenes.
Desde Chile Dual saludamos este movimiento y seguiremos trabajamos para que las alumnas cuenten con espacios en las empresas donde sean respetadas y valoradas; trabajaremos para que las organizaciones se atrevan a darles oportunidades reales para su formación y posterior inserción en un mundo laboral que esperamos sea cada día más equitativo.
Foto: El Desconcierto